sábado, 26 de abril de 2008

Paul Stanley vive para ganar

El cantante y guitarrista de Kiss editó su segundo disco solista en 28 años y apuesta a un sonido nuevo pero con sus siempre característicos clichés.


boomp3.com



Luego de 28 años de haber editado su primer trabajo solista, el cantante y guitarrista Paul Stanley vuelve a las bateas con un disco titulado nada menos que Live To Win, frase propia de su lei motiv: Vivir para ganar.
Ver su cara en primer plano y con un make-up poco disimulado en la tapa es casi tan predecible como encontrar las típicas baladas y aullidos entre sus canciones.

Lo sorpresivo de Live To Win entonces no es encontrar canciones de amor rockeras como Bulletproof, Wake up screaming o Second To None, sino escucharlas con un sonido más similar al de Evanescence que al de los Rolling Stones.
Ese detalle demuestra que el rocker entrado en años, con problemas de cadera por usar demasiados años botas con plataforma, puede hacer lo que quiera y seguir siendo vigente, incluso 32 años después de haber debutado con el primer disco de Kiss.
En este trabajo, Paul Stanley cae en todos los clichés que cualquier fanático hubiera esperado, pero lo hace de un modo muy que digno, y sobre todo rockero.
Canciones como It’s not me, Where angels dare, y por supuesto el tema amónimo al disco demuestran que la brillantina y los alaridos son tan vitales para el rock como un buen solo de guitarra, y que si hay alguien que de eso sabe, es Paul Stanley, quien goza del mismo talento y creatividad compositiva que en sus mejores épocas con Kiss.
“Vivir para ganar, tomarlo todo, seguir luchando hasta caer” es el consejo del hombre que dio su vida para transmitirle a sus fans la idea de que, con esfuerzo, todo es posible.

Por Martina Soto Pose

martes, 15 de abril de 2008

No es metal sinfónico: es sinfonía metalera

Por extraño que suene, se ha cruzado una nueva frontera en el mundo de los géneros híbridos. True Symphonic Rockestra (TSR) cuenta tres tenores vocalistas que podrían ser un espejo curiosos de los tres clásicos: en vez de Luciano Pavarotti, Placido Domingo y José Carreras, están James LaBrie (vocalista también de la banda de metal progresivo Dream Theater), Thomas Dewald y Vladimir Grishko.
El disco se llama Concerto In True Minor y es un homenaje al "Best of" de los tres tenores legendarios. La particularidad de este álbum es que son temas clásicos (Granada, La Donna e Mobile, pasando por Singing in the Rain y el Cielito Lindo mariachi) interpretados por una banda de metal sinfónica: guitarra, bajo y batería, junto con una sinfónica.
Escucharlo puede ser una experiencia chocante para aquellos acostumbrados a escuchar música clásica en su versión tradicional. Sin embargo, una vez superado el primer golpe en Nessun Dorma, se penetra en la complejidad de los sonidos y las perfecciones de los tenores. Más impactante aún puede ser escucharlo a LaBrie, dado que no es un tenor clásico sino que es un "tenor rockero", con lo cual su voz desentona bastante con la de los otros dos cantantes. No es para nada molesto, pero a algún puritano puede molestarle.
En suma, es un disco que se puede escuchar tranquilamente, y una curiosidad. Para escucharlo tranquilo, y por qué no, riéndose de las extravagancias también.

Hernán Escudero