El cantante y guitarrista de Kiss editó su segundo disco solista en 28 años y apuesta a un sonido nuevo pero con sus siempre característicos clichés.
sábado, 26 de abril de 2008
martes, 15 de abril de 2008
No es metal sinfónico: es sinfonía metalera
Por extraño que suene, se ha cruzado una nueva frontera en el mundo de los géneros híbridos. True Symphonic Rockestra (TSR) cuenta tres tenores vocalistas que podrían ser un espejo curiosos de los tres clásicos: en vez de Luciano Pavarotti, Placido Domingo y José Carreras, están James LaBrie (vocalista también de la banda de metal progresivo Dream Theater), Thomas Dewald y Vladimir Grishko.
El disco se llama Concerto In True Minor y es un homenaje al "Best of" de los tres tenores legendarios. La particularidad de este álbum es que son temas clásicos (Granada, La Donna e Mobile, pasando por Singing in the Rain y el Cielito Lindo mariachi) interpretados por una banda de metal sinfónica: guitarra, bajo y batería, junto con una sinfónica.
Escucharlo puede ser una experiencia chocante para aquellos acostumbrados a escuchar música clásica en su versión tradicional. Sin embargo, una vez superado el primer golpe en Nessun Dorma, se penetra en la complejidad de los sonidos y las perfecciones de los tenores. Más impactante aún puede ser escucharlo a LaBrie, dado que no es un tenor clásico sino que es un "tenor rockero", con lo cual su voz desentona bastante con la de los otros dos cantantes. No es para nada molesto, pero a algún puritano puede molestarle.
En suma, es un disco que se puede escuchar tranquilamente, y una curiosidad. Para escucharlo tranquilo, y por qué no, riéndose de las extravagancias también.
Hernán Escudero
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